Dios mío,
Recibe a mi hijo no nacido con tus amorosas manos.
Permítele saber que mi amor por él no perecerá.
Bendíceme en esta tierra y ayúdame a pasar el dolor.
Siembra una semilla que ilumine el corazón de mi bebé; que no conozca la oscuridad
Ayúdame a vivir los días y a que la noche pase rápido.
Sostenme cuando no pueda hacer nada más que llorar.
Aumenta mi fe para que pueda ver a mi hijo vivir a Tu lado.
Perdóname cuando mi tristeza me ponga indiferente.
Dile a mi hijo que siempre habrá un lugar para él en mi corazón, pleno de Tu Gracia Divina
Y, cuando me llames a Tu Reino que está en el Cielo,
espérame con él a Tu lado
para que pueda abrazarlo y amarlo como aquí no pude.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario