Hoy, 12 de septiembre, celebramos a Santa Sara de Antioquía, mártir.
Sara de Antioquía sufrió el martirio por bautizar a sus hijos en contra de la voluntad de su marido y contraviniendo a las disposiciones Imperiales Romanas. Su marido era Sócrates, un militar del emperador Diocleciano. Era también cristiano, pero por su pasividad y temor a perder su puesto de alto rango militar, renegó de su fe cristiana.
Así que ella prefirió no bautizar a los niños en la ciudad sino en Alejandría, donde vivía una comunidad de cristianos que no eran todavía demasiado acosados por la persecución. Cuando iba de camino en barco, se levantó un gran temporal y Sara, al ver el peligro que corrían sus hijos, se hizo sangre en el pecho, y con ella hizo la señal de la cruz en sus frentes. A continuación los sumergió tres veces en el agua e invocó a la Trinidad, según el rito del Bautismo.
Se calmó el mar y el viaje continuó hasta Alejandría, donde se dirigió al obispo para que bautizaran a sus dos hijos, porque dudaba si lo que había hecho estaba bien. Cuando llegó el momento del bautismo, el agua se secó hasta en tres intentos. Al final, el obispo -una vez sabido del bautismo ya administrado-, aseguró la validez del mismo (sólo se bautiza una sola vez).
Cuando llegó a casa, le contó la historia a su marido Sócrates, y éste, a Diocleciano. Irritado, mandó que la mataran a ella y a sus hijos en la hoguera. Ocurrió en el año 305.
(Fuentes: Pregunta Santoral y Wikipedia)
Así que ella prefirió no bautizar a los niños en la ciudad sino en Alejandría, donde vivía una comunidad de cristianos que no eran todavía demasiado acosados por la persecución. Cuando iba de camino en barco, se levantó un gran temporal y Sara, al ver el peligro que corrían sus hijos, se hizo sangre en el pecho, y con ella hizo la señal de la cruz en sus frentes. A continuación los sumergió tres veces en el agua e invocó a la Trinidad, según el rito del Bautismo.
Se calmó el mar y el viaje continuó hasta Alejandría, donde se dirigió al obispo para que bautizaran a sus dos hijos, porque dudaba si lo que había hecho estaba bien. Cuando llegó el momento del bautismo, el agua se secó hasta en tres intentos. Al final, el obispo -una vez sabido del bautismo ya administrado-, aseguró la validez del mismo (sólo se bautiza una sola vez).
Cuando llegó a casa, le contó la historia a su marido Sócrates, y éste, a Diocleciano. Irritado, mandó que la mataran a ella y a sus hijos en la hoguera. Ocurrió en el año 305.
(Fuentes: Pregunta Santoral y Wikipedia)