Un profesor comenzó su clase de catequesis de la siguiente forma: extrajo un billete de 100 euros y lo mostró entre los alumnos preguntando: "cuánto vale este billete?
100 euros, respondieron éstos.
¿Ah si? (entonces lo estrujó dejando el billete en forma de bola arrugada). ¿Y ahora?
-100 euros.
Entonces lo tiró al suelo, lo pisó y lo escupió. Ante la cara de asombro de los alumnos volvió a cogerlo y extendiéndolo preguntó una vez más: ¿Y ahora? ¿Cuánto vale este billete?
Un alumno se levantó y respondió algo mosqueado: "sigue teniendo el mismo valor".
"Pues bien, eso es lo mismo que nos pasa a las personas" dijo el profesor. "No importa lo que nos pase en esta vida, lo que nos hagan los demás, aunque vivamos momentos muy difíciles y parezca que todo viene torcido, seguimos teniendo el mismo valor y no hay que olvidar que Dios se hizo hombre para perdonarnos todos nuestros pecados. Tenemos al mejor aliado. Nunca estamos solos y además, Dios nos quiere infinito, así que nunca olvidéis vuestra dignidad".
100 euros, respondieron éstos.
¿Ah si? (entonces lo estrujó dejando el billete en forma de bola arrugada). ¿Y ahora?
-100 euros.
Entonces lo tiró al suelo, lo pisó y lo escupió. Ante la cara de asombro de los alumnos volvió a cogerlo y extendiéndolo preguntó una vez más: ¿Y ahora? ¿Cuánto vale este billete?
Un alumno se levantó y respondió algo mosqueado: "sigue teniendo el mismo valor".
"Pues bien, eso es lo mismo que nos pasa a las personas" dijo el profesor. "No importa lo que nos pase en esta vida, lo que nos hagan los demás, aunque vivamos momentos muy difíciles y parezca que todo viene torcido, seguimos teniendo el mismo valor y no hay que olvidar que Dios se hizo hombre para perdonarnos todos nuestros pecados. Tenemos al mejor aliado. Nunca estamos solos y además, Dios nos quiere infinito, así que nunca olvidéis vuestra dignidad".
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